Mi madre, un ser humano imparable

Mañana 10 de mayo es día de las madres en México, donde yo nací, y es cuando me toca celebrar a mi madre. Mi madre es francamente un ser humano imparable, como dice el título de este post. ¿A qué me refiero con esto? Nunca he conocido a nadie que tenga la fuerza, la dedicación y la perseverancia que tiene mi mamá.

Mi mamá ha vivido una vida profundamente rica y variada, lo cual la ha llevado a ser desde revolucionaria en Nicaragua a esposa de embajador en Paris y de vuelta. Es doctora en sociología y sibarita de la alta cocina. Ha viajado por todo el mundo, y todo el mundo es su casa. Es una mujer que se rige por la pasión, y que no está dispuesta a vivir en tonos de gris. Ama a todos sus hijos (somos 4) y es una de las personas más generosas que conozco en el mundo; con su tiempo, su cariño y también sus recursos. Es terca como una mula, como buena tauro. Describiéndola así ¡también podría hacer un libro como Anthony Brown sobre mi mamá!

Desde que yo nací (fui la primera), mi mamá siempre tuvo muy claro en su mente que jamás iba a jugar la carta de la madre sacrificada y mártir — y nunca me ha hecho sentir ni una sola vez que su vida hubiese sido mejor si yo no existiera. Y la verdad mi mamá no la tuvo fácil durante toda mi infancia, ya que desde que nació mi segunda hermana (tenía yo 3 años), hasta que se volvió a casar 10 años después, fue madre soltera. Trabajaba y estudiaba un doctorado mientras cuidaba a dos niñas chiquitas. Ahora que yo también tengo dos hijos, cada vez me sorprende más todo lo que mi mamá hizo por nosotras. Y a pesar de que mi hermana le decía a mi madre que tenía “cara de libro,” nunca sentí que mi mamá no nos hiciera caso o que tuviera ningún resentimiento hacia nosotras. El tiempo que pasaba con nosotras estaba presente al 100%.

Años más tarde, cuando nacieron mis otros dos hermanos, mi madre siempre hizo que todos nos sintiéramos como una sola familia, y jamás ha habido con ellos la sensación de que son “medios-hermanos.” Ahora, a pesar de que estamos desperdigados por todos lados (yo en LA, mi hermana en Austin, mi hermano en Vancouver y mi otra hermana como gitana global), mi madre siempre ha sido y será el ancla y el punto de reunión para todos nosotros.

El año pasado, cuando nació mi segundo bebé, tuve la gran fortuna de tener a mi mamá con nosotros en varios estadíos de mi embarazo y cuando nació el pequeño A. Gracias a Mama Cío, como la llama mi hija, fue que la pequeña I tuvo una transición de preescolar a kindergarten sin traumas, y sin sentir celos de un hermano que llegaba a reclamar casi todo el tiempo de su mamá. Hacía mucho que no estaba tanto tiempo con mi mami, y mirando hacia atrás, no sé cómo le hubiésemos hecho sin su ayuda.

¡Así que muy feliz día de las madres a mi Mami! Definitivamente es una imponente figura femenina a seguir, y una pauta importante para mi a seguir como madre. Espero lograr con mis hijos lo que ella ha conseguido con nosotros.